
El cantante demandó a Unidad Editorial, editora de El Mundo, por entender que un artículo publicado "atentaba a su honor por atribuírsele romance con un empresario de la moda, lo que implicaba acusarle de la condición de homosexual y porque, entre otras cosas, se le califica como 'aventurero del sexo'".
El Tribunal Supremo, que condena ahora a la editorial, al director del diario y a la periodista Carmen Rigalt, señala que "con independencia de la aceptación social de la homosexualidad, cosa que no es objeto de discusión", no es lícito, como señala la doctrina del Tribunal Constitucional, "efectuar suposiciones sobre la vida privada de una persona".
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